viernes, mayo 20, 2011

Presentación de “El autoritarismo científico” de Javier Peteiro




Llibreria Bertrand de Barcelona, viernes 4 de marzo de 2011
Desde el Instituto del Campo Freudiano hemos recibido de un modo especialmente  saludable la publicación de este libro de Javier Peteiro*. A  medida que iba  yo avanzando en su lectura, me dí cuenta muy pronto de  la gran importancia de lo que se plantea en sus páginas, de manera tan clara como documentada, y propuse de inmediato esta presentación.  No se trata solo de un excelente libro de lo que se suele llamar “divulgación científica”, - género que produce hoy algunos best-sellers de dudosa rigurosidad -, es un texto de una gran altura epistemológica, de pensamiento, en un momento en el que a la propia ciencia le cuesta enormemente “pensar” en su propia experiencia y en los efectos que produce en nuestro mundo.  Se revela también entonces como un libro de consecuencias prácticas cruciales.
Lo que yo no podía imaginar al proponer su presentación era el interesante encuentro que iba a producirse, a propósito de su lectura, y gracias a mi amigo y colega Francesc Vilá, con Joan-Ramon Laporte, director del Institut Català de Farmacologia, institución que comparte, según parece, algo más que las iniciales – ICF – con nuestro Instituto del Campo Freudiano.  Felices contingencias del significante, solemos decir los psicoanalistas. Lo que podemos compartir,  a través de la lectura de este libro, es una posición más que crítica hacia lo que en estas páginas se designa con el término de “Cientificismo” y que es una de los efectos más deplorables y devastadores del discurso supuestamente científico de nuestro tiempo.
Este cientificismo es hoy la ideología que ha ocupado el lugar que tenía no hace tanto la religión como garantía de creencia en un saber, un saber que puede utilizarse también con fines de poder y que llega a hacerse a veces absurdamente autoritario.
Este cientificismo es el que encontramos cada vez que aparece un titular como “Descubierto el gen del autismo” o “Descubierta la causa genética de la esquizofrenia”, o bien “Neurocientíficos leen en el cerebro las causas de la duda compulsiva y del sentimiento religioso”, o también “la Biología cada vez más cerca de hacer posible la inmortalidad del ser humano”. No estoy inventando, son titulares de periódicos, o de libros de divulgación actuales, sacados de citas de algunos científicos que se embarcan, sabiéndolo o no, en el barco del autoritarismo científico sin la más mínima reflexión de lo que es la experiencia científica y de sus falsas evidencias. Porque si vamos a estudiar las referencias precisas, - es lo que estamos haciendo desde hace un tiempo en un Laboratorio de la Universidad Jacques Lacan – si estudiamos las más serias y fundamentadas en las que se sostendrían tales afirmaciones, vemos de inmediato su absurdidad.
El problema es que este cientificismo es el que propone hoy reducir cada sujeto singular – tanto en su ser como en el tratamiento de sus sufrimientos – a un amasijo de genes y neuronas, sponiendo tratar así el sentido de ese ser y de ese sufrimiento. El error es de un calibre parecido al de querer interpretar el sentido de un cuadro, el de “Las señoritas de Avinyó” por ejemplo, con un análisis molecular del lienzo y de la pintura depositada en él.  Podemos resumir con esta simple comparación el profundo error del cientificismo de nuestro tiempo, pero no podemos calcular así todavía las enormes consecuencias éticas de tal error.

Pues bien, este libro de Javier Peteiro nos da una idea de dichas consecuencias y debería ser lectura imprescindible en las Facultades de Medicina,  de Psiquiatría y de Psicología, de Pegagogía, pero también en las de Física y, por supuesto, en la de Biología. A la vez, es un libro de una claridad meridiana para un lector no especializado. Es una verdadera vacuna que el Instituo del Campo Freudiano puede recomendar muy bien contra la epidemia del cientificismo y del “amarillismo científico” que invade hoy no solo buena parte de los medios de comunicación sino también algunos medios académicos y universitarios.  Y lo que es peor, es una epidemia que parece querer seducir hoy también a un pragmatismo político por su aparente garantía con la falsa etiqueta de “ciencia”. El debate, como ven, es de altura y toca lo más íntimo y crucial de nuestra civilización.

No quiero alargarme más. Saludo solo la excelente ocasión que tenemos de escuchar y participar ahora en una conversación que de hecho ya se ha iniciado a través de lecturas recíprocas entre el Dr. Joan-Ramon Laporte y el Dr. Javier Peteiro.



* Javier Peteiro, El autoritarismo científico, Miguel Gómez Editor, Málaga 2010.

Pluralidad clínica del autismo



 Un debate está en curso a partir de la propuesta de ley, - que un lobby – lo que en política designa a un “grupo de presión” – ha conseguido hacer pasar al Parlamento español, propuesta según la cual solo podría tratarse a sujetos diagnosticados de autismo con métodos conductuales. Y ello sin tener en cuenta la pluralidad de tratamientos que ya se están realizando en la Red pública desde hace muchos años. La posibilidad de elección de tratamiento por parte de los sujetos y de sus familias quedaría así pura y simplemente excluida. Las alertas se han vuelto a abrir ante una pretensión tan exclusiva. No debería sorprender que los argumentos sigan teniendo el corte cientificista y reduccionista de otras veces. Ahora se añade una posición a esas argumentaciones que entra de lleno en lo que el científico Javier Peteiro ha tenido el acierto de denominar, en el excelente libro que hemos presentado y comentado recientemente, El autoritarismo científico (Miguel Gómez Ediciones, Málaga 2010). Las notas que aquí desarrollamos son solo un episodio más en el debate que seguimos en contra de ese autoritarismo inaceptable y de sus argumentaciones fundadas en datos de apariencia  “científica”. De hecho, la propia “comunidad científica” se muestra hoy tan dividida al respecto de hipótesis reduccionistas de este tipo que un mínimo sentido común aconsejaría ponerlas en reserva para dar lugar a una pluralidad pragmática cuando ésta sea argumentada. Es lo que nos proponemos aquí. 


Ratones como autistas
Se suele repetir de forma categórica, sin medir el alcance de tales afirmaciones, que “el autismo es una afectación neurológica de causas genéticas”. A veces se añade la coletilla de que “hay conjeturas científicas fundadas para sostenerlo”, a veces se declara simple y llanamente que “todavía no se ha podido verificar experimentalmente”. La afirmación, sin embargo, sigue su curso tanto en los medios de comunicación como en muchos asesoramientos a padres y familiares de sujetos diagnosticados de autismo. El tratamiento conductual y/o farmacológico suele entonces proponerse, cuando no imponerse, como el más indicado y validado “científicamente”.
La última de las referencias que se nos han dado a conocer para sostener tales afirmaciones lleva el siguiente título: “Shank3mutant mice display autistic-like behaviours and striatal dysfunction”[1],  “Ratones mutantes de la Shank3 presentan conductas de tipo autista y disfunciones estriatales”.  “Shank3” es una proteína postsináptica cuya mutación sería la responsable de tales conductas y disfunciones… ¡en algunos ratones! Shank3 es, pues, el nuevo candidato (de hecho, ya estaba en la lista hace unos años) para explicar el origen y causa del autismo.  Los candidatos, en efecto, se suceden  desde hace unas décadas para la futura y esperada nominación. Hace un tiempo el candidato mejor posicionado era el gen CACNA1G, en otro momento ha sido el genPTCHD1. Aunque la primera idea de una causa monogénica (debida a un solo gen) del autismo se ha desvanecido hace tiempo, los titulares no se hacen esperar: “El gen Shank3, responsable del autismo”, leemos ya en la prensa. Más allá de la impropiedad conceptual de tales afirmaciones (el nombre de la proteína ha sido adoptado por el supuesto gen), queda la semilla de la esperanza para un tratamiento que, siguiendo el modelo conductual de los ratones, se calificará también de conductual a la espera de que la enfermedad supuestamente orgánica sea corregida en su mutación genética.
Tomamos este ejemplo no porque nos parezca más o menos fundado en razón, – en realidad, no nos lo ha parecido en absoluto -, sino porque es paradigmático de la epidemia que asola este medio. Es una epidemia que se alimenta de la última investigación promovida en departamentos universitarios y laboratorios que poco o nada tienen que ver con la clínica real del autismo, pero que se propone como garantía última de su tratamiento con la etiqueta de  una falsa ciencia.

Empecemos por señalar algo que, por más obvio, no deja de pasar por alto a los transmisores de esta epidemia: la mera idea de diagnosticar a un ratón de “autismo” es un contrasentido absoluto, cuando no un insulto a una tradición clínica que ya tiene suficientes dificultades, como veremos, para ordenar el cuadro de fenómenos agrupados bajo ese término. Bien es cierto que tal como se prepara la próxima edición del DSM-V, manual con el que se supone deben orientarse los practicantes clínicos, está claro que el espectro se amplía de tal forma que casi cualquier rasgo juzgado por el observador como una “anormalidad en la sociabilidad” podrá incluirse en él.
Veamos la crítica de uno de los redactores del DSM-IV y jefe de Tareas del Equipo redactor, Allen Frances, ha hecho ya a la definición de TEA prevista en la próxima versión del DSM-V:
Trastorno del Espectro Autista (TEA). El trastorno de Asperger desaparecería en esta nueva categoría unificada. Aunque esta consolidación parece bien a algunos expertos, es controvertida y presenta problemas serios. Los afectados de Asperger (que es una discapacidad mucho menor) quedarán estigmatizados por la asociación con el trastorno clásico de autismo. Además, en la práctica diaria llevada a cabo por personas no expertas, el concepto de espectro alimentará probablemente la epidemia de un autismo definido de manera muy imprecisa, cosa que ya se ha iniciado con la introducción del síndrome de Asperger en el DSM-IV.”
El panorama es tan confuso que cuesta pensar en la posibilidad de su ordenación por una causalidad genética o neuronal , causalidad que se diluye cada vez más con la imposible especificidad de los síntomas. Las causas y la etiología del autismo se convierten entonces en un asunto tan pantanoso como el de averiguar el origen de cualquier respuesta considerada como asocial en un sujeto. Al igual que en el artículo que hemos tomado como referencia,
todo el problema está en el modo en que se conciban las "autistic-like behaviours" del título, esas “conductas como de autista”. Es el problema que queda como un supuesto siempre sin definir en este estilo de artículos: ¿"like" qué? La vaporosa creencia de que un ratón podría establecer “vínculos sociales e intersubjetivos” anida en ese supuesto como un verdadero virus animista nunca explicitado ni interrogado. Nada que ver con una concepción fundada en una razón científica. Es, sin embargo, de ese malentendido que se alimenta la absurda homología que se establece entre las reacciones de un ratón a una modificación biológica y las dificultades subjetivas de alguien que responde a un problema en su cuerpo a través de una experiencia que sucede por entero en un mundo de lenguaje.
Pero es necesario haberse planteado al menos algunas preguntas sobre la estructura del lenguaje y sus efectos sobre el cuerpo en el tratamiento de un sujeto diagnosticado de autismo para ser sensible a esta dimensión clínica. Lo más llamativo es que las afirmaciones anteriores están hechas por investigadores que observan a ratones pero que no han llevado a cabo ningún tratamiento con sujetos autistas. En realidad experimentan con ratones y extrapolan después los resultados sobre sujetos que no han tratado nunca.

(Continuará)

[1] Artículo publicado en Marzo de 2011 en la revista Nature. (published online 20 March 2011).

lunes, mayo 02, 2011

Bajo el cielo del psicoanálisis y en el litoral de los imposibles
Lectura de noticias actuales [*]
JUST STRIP, DON’T TEASE
Éric Laurent [**]

Pues bien, la Pascua terminó y podemos seguir adelante[1]. Este año, fue una fiesta para los semblantes. Todo coincidió. ¡Es raro! Las pascuas judía, ortodoxa, católica, ocurrieron en la misma semana, o casi. Se podría creer en diálogo ecuménico. De todos modos hubo feriados aquí y allí, en el vasto conjunto de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP).
"La civilización occidental y cristiana", 1965"
León Ferrari
Collage con objeto, 200 x 120 x 60 cm. Fotografía Ramiro Larraín. Cortesía Fundación Augusto y León Ferrari. Arte y Acervo.
Fue también una fiesta para el síntoma ecuménico. Se escuchó a un franciscano evocar la Shoah en un extraño intento de identificación. Fue inmediatamente desmentido por un portavoz oficial del vaticano. No era buena la comparación frente a los sufrimientos actuales de la iglesia.
Se informó, al mismo tiempo, que la hot-line disponible en Alemania para recoger quejasde abusos sexuales provocó implosión el primer día, con más de 4000 llamadas. ¿Cómo preservar los semblantes bajo el asalto del sinthôma (sinthôme)[2]? ¿Es necesario hacer que los culpables dejen los hábitos o no? ¿Hasta dónde se extiende la dignidad de la función?
Estas cuestiones sorprendentes asaltan a los más altos responsables por los semblantes que nos gobiernan.
Del lado del mercado, la situación no es mejor. Escándalos financieros y enorme gratificación hacen vacilar los semblantes de la regulación. En política la batalla peligrosa con la que se preparan las elecciones inglesas da lugar a extraños escándalos. Y esto sin hablar, en Francia, de los complots bizarros relativos al desvelamiento de la vida privada del presidente y la primera dama.
En los discursos establecidos, el binario semblantes-sinthôma es claramente antinómico en los tiempos que corren. La solución proclamada es la misma en todas partes: mehr glasnost, más transparencia. Scanners corporales para todo el mundo, inclusive para el Papa. El más-de-gozar se muestra insistente. Wajcman (2010) nombró bien eso. Es el instante del ojo absoluto. Es él que nos vuelve locos. Nosotros que somos engañados por el discurso analítico, somos los disidentes del ojo absoluto. Luchamos Judo con la tiranía de la transparencia. Sabemos que, en el fondo, el sinthôma no puede aparecer plenamente a la luz. Es preciso dejarle su parte de sombra.
Verdad y goce
El último 8 de abril, tuvo lugar el torneo de golf de Augusta, el primero de la serie de los grandes torneos. Marcó el retorno de Tiger Woods a los Greens, luego del escándalo sexual espectacular revelado en la secuencia de un accidente de auto, a fines de noviembre de 2009. Rápidamente, este accidente se revelaba como producto de una mezcla detonadora de un incidente doméstico explosivo con el somnífero Ambien, comercializado con el nombre de Stilnox. El nombre genérico es Zolpidem. Sus efectos secundarios de sonambulismo o de comportamientos automáticos extraños o impropios son conocidos. Unas doce amantes del mejor jugador de golf de la historia se manifestarían rápidamente, telefoneando al celular de su mujer aquella noche. Una de ellas, reveló además, el uso afrodisíaco que Woods hacía del Ambien, uso inventivo, no consignado en las prescripciones del Stilnox. Es doble la particularidad del escándalo sexual que dejó a los comentadores impresionados. Por un lado, la abundancia de amantes, su espantosa vulgaridad, especialmente las porn-stars, informando todo lo que era posible sobre los detalles de la relación. Por otro lado, la crudeza de los textos de contenido sexual que el astro del golf dirigía a sus múltiples conquistas. Los SMS recibieron rápidamente el nombre de "sextos". Todo este conjunto contrastaba fuertemente con el porte de tipo ideal impuesto por Woods, cuyos contratos publicitarios habían alcanzado las más altas sumas registradas hasta entonces en la historia de todos los deportes.
Hasta la muerte de su padre, en 2006, Tiger llevaba una vida ejemplar, dedicada al perfeccionamiento de su juego. Parecía tímido con las mujeres. Este perfeccionismo le dio la capacidad para, aun teniendo 10/10 de agudeza en los dos ojos, someterse a una cirugía para mejorar aún mas su visión. Estaba todo azul. Había conseguido convertirse en el jugador responsable por el suceso de las audiencias televisivas durante la retransmisión de los torneos de golf que, no tiene el ritmo palpitante del futbol, del básquet o aún del tenis.
¿Cómo salvaría los semblantes? Para el deporte, el monto de las tazas cobradas por las redes de televisión y los anunciantes, el desafío era grande. La primera medida que tomó fue una terapia para la "adicción sexual". Esta es ahora la regla para los actores o los deportistas que son descubiertos comoserial-philanderers.
La concepción de la adicción sexual contribuye a destituir la vieja concepción de la "perversión", junto con la admisión de los derechos de gays en el ejército, los casamientos entre personas del mismo sexo, la retirada del transexualismo del cuadro de las afecciones, etc.
Todo lo que se dice respecto de la sexualidad es estilo de vida, nuevas y antiguas normas mezcladas.
Es necesario, sin embargo, protegerse del exceso. Sin duda, esa es la enseñanza que los terapeutas introdujeron en Tiger. Actualmente, pide mil disculpas por el mal que con su perdición hizo a su familia y aparece avergonzado. Su mujer, modelo sueca que frecuentaba principalmente los circuitos del tenis, amiga constante de Roger Federer, acompañaba las transformaciones de su marido permaneciendo en silencio absoluto, dejándolo expresarse siempre solo. Es una posición original. Ni con él, ni sin él, ella siempre se sitúa a los ojos del público con sus hijos, madre ejemplar.
Es así que viven aquellos que están "bajo la mirada del mundo" cuando las particularidades del sinthôma de ellos pasan al campo de lo visible. Justamente antes del torneo de Augusta, Nike difundió una propaganda, la primera desde el escándalo. En esta la gran marca, abandonó su llamada habitual - Just do it- que parecería sin duda inoportuna. Presentó un comercial de treinta segundos donde Tiger aparece inmóvil, en off, una voz, la voz flameante de su padre, Earl Woods, que le pregunta, fuera de contexto, pero de modo evidente, cuáles han sido sus pensamientos, sus sentimientos. El comercial termina así: "Did you learn anything?", "¿Aprendiste algo?". Esto podrá ser un hallazgo publicitario. Sin embargo, del lado del psicoanálisis de orientación lacaniana, nuestra clínica nos enseña que la verdad y el goce no siempre tienen el nombre del padre como punto de basta.
El saber y el goce
Pudimos saber e incluso alegrarnos de saber que Tiger Woods jugó muy bien en Augusta, con dos eagles, tres birdies, pero también con tres bogeys(Consulten Google).
"La verdad de ayer tal vez no sea la verdad de hoy". Es una frase profunda sobre la lógica de la inferencia, pronunciada por el secretario General del Elysée a propósito de una eventual fuente de un enigmático rumor. Evoca aquella que el secretario de Estado Donald Rumsfeld pronunció cuando las armas de destrucción masiva relacionadas a Saddam Hussein no aparecían: "Hay cosas que sabemos que sabemos. Hay desconocidas conocidas, esto es, hay cosas que sabemos que no sabemos. Pero hay también desconocidas desconocidas. Hay cosas que no sabemos que no sabemos". La estructura lógica de las dos frases nos hace pensar en la paradoja de Wittgenstein según Kripke. Se cree que se hace una operación tan simple como una adición mientras que se podría hacer otra cosa bien diferente, cuyos resultados son los mismos que el de la adición durante un tiempo, pero no todo el tiempo, no tenemos condiciones de saber que regla seguimos. Una verdad en un instante "t" puede ser falsa en el instante "t + 1" y no se sabe jamás lo que se dice. Nuestra civilización reconoce ciertamente que las identificaciones de Gender, de género, son, en el fondo, equívocas pero es para endurecer las diferencias de edad. Se busca en este contexto, sin equívoco, separar lo odioso de lo que es lícito. En algunas sociedades tradicionales es recomendado el casamiento de jóvenes casi núbiles, y en las nuestras, se critica un presidente del Consejo por tener amantes que podrían tener menos de dieciocho años. El horror con respecto a la seducción de niños contamina la adolescencia: es por esto que la iglesia insiste mucho respecto de la diferencia entre la seducción de niños y la de adolescentes. Pretende, con esto, disculpar lo que no es disculpable. Decididamente, los equívocos se infiltran en todo lenguaje.
Basándose en supuestos contrarios, la empresa Intel acaba de anunciar que va a comercializar aparatos capaces de leer los pensamientos analizandoscanners de cerebros. Las zonas cartografiadas activas permitirían orientarse en la nominación efectuada por el sujeto. Se trata de pensamientos presentados como simples, concretos. El aparato sería vendido para permitir a los discapacitados manipular máquinas que compensarían sus discapacidades. La gente sólo puede alegrarse con esto. Estas máquinas autorizan entonces el sueño de un pensamiento que sería enteramente inscribible en el cuerpo. Sin equívoco respecto del saber y sin fuga de la verdad, semblantes y sinthôma entonces coincidirían, sin litoral entre ellos. Es precisamente con esto que la experiencia analítica no nos permite soñar.
Los medios de goce
Las dos últimas subdivisiones del texto -"Verdad y goce" y "El saber y el goce"- presentaban la sustancia gozante abordada desde el inicio por la verdad y luego por el saber. En El Seminario, libro 18, Lacan (1971) desarrolla esta distinción a partir de la oposición hecha en el Menon entre la épistemè y la doxaverdadera. En ocasión del Fórum del día 11 de abril de 2010, Jacques Alain Miller destacaba cómo la experiencia del pase puede ser concebida, ya sea como experiencia de saber o como experiencia de verdad con sus diversas consecuencias. No es lo mismo considerar la experiencia como un real a asir bajo el ángulo del saber, de la recensión, del seriación, de la graduación de los efectos o bien como una experiencia que escapa a toda posibilidad de exhaustividad y que es esencialmente performance, exploración. Es la vertiente donde estas dimensiones se oponen. Hay una segunda vertiente. La vertiente inconsciente. Es aquella en que puede haber unión donde "el saber del que se trata en el inconsciente es el que se desliza, se prolonga, que se revela a todo instante saber de la verdad"- esta formulación de Lacan es de 1971(p.145). Cinco años antes, Lacan (1965) decía: "La división del sujeto y del síntoma es la encarnación de ese nivel donde la verdad reencuentra sus derechos, bajo la forma de ese real no sabido, de ese real imposible de extinguir qué es ese real del sexo". En lo sexual, cuando hay falta, efecto de verdad, vacilación de los semblantes, hay también objeto y sinthôma.
Los semblantes de la histeria y nuestra elección ética
¿Cuál es, entonces, la gran perturbación del sujeto que responde al agujero en el Otro y produce el recubrimiento de dos faltas, que puede ser descripto como una completud o un "verdadero agujero"? hemos visto como la depresión, enfermedad del Ideal, es la candidata. Fue considerada por el Big Pharma[3]como la más fácil de revestir moléculas cuya difusión de masa puede efectuarse sin efectos secundarios. En cuanto a las neurosis, el retroceso es claro. Se lo puede constatar a partir de hipótesis muy diferentes: la declinación de la imagen del padre, el ablandamiento del superyó materno, la retracción de las interdicciones, la transformación del status de la culpa. Es preciso notar que estas características se aplican mucho más a la neurosis obsesiva que a la histeria.

Del lado de la psicosis, recordamos que Deleuze y Guattari (1972) habían intentado hacer del eje esquizofrenia-paranoia el encuadre de la enfermedad moderna. Hablaban, de la esquizofrenia como proceso y para ellos, la paranoia era la cristalización, el proceso detenido. Defendían que la esquizofrenia, como proceso, con su terrible ironía, "es la dolencia que nos concierne, como hombres modernos, nuestra dolencia" y "que el fin de la historia no tiene otro sentido" (Deleuze e Guatarri, 1972, p. 168). Su intento se inscribía en la secuencia de la enseñanza de Lacan que había hecho de la paranoia la dolencia más profunda del ser humano, "el estado nato" del sujeto. Lacan se reencontraba con Melanie Klein, que hizo de la "posición esquizo-paranoide" la primera cristalización del yo. La hipótesis paranoica toma todo su valor en la interpretación que le es dada en el curso de este año, por Jacques-Alain Miller[4]. Cómo la ciencia comparte con la paranoia un punto de forclusión, el cientificismo es una variante de la enorme paranoia contemporánea. La descripción del Otro como un gran equilibrio paranoico fue renovada por la reducción cognitiva del lazo social a la teoría de los juegos. Los modelos matemáticos puestos en circulación por el complejo militar-industrial en la época de la Guerra Fría fueron transmitidos como método de gestión para la administración civil. Cualesquiera que fueran las afrontas y quiebres de las democracias, se podía concebir una política que conducía al equilibrio. Aún si nadie cooperase con nadie, si cada uno estuviese sólo contra todos, un "equilibrio de Nash" podía ser alcanzado. Esta concepción del lazo social conquistó la tecnoestructura. Ésta da testimonio de la gran fuerza de seducción de la paranoia.
Es por eso que el título de Tapa del último número de la Revista Quarto (2010) tiene todo el sentido. Afirma la "tentación histérica", así como había la "tentación de Occidente". La revista formula esta tentación bajo la forma de una pregunta para el siglo XXI: "¿Cómo las civilizaciones van a soportar que no exista LA mujer?" La histeria, para el Lacan del Seminario 18, es aquella que sostiene el deseo de las mujeres a partir de eso que no es para toda mujer, "y es por eso que ese deseo se sostiene por quedar insatisfecho" (Lacan, 1971, p. 146). La histérica, dice brevemente Jacques-Alain Miller, citado por Quarto,es "todo el mundo". Es "ser como todo el mundo". En este sentido, es la histeria la que se revela como la gran neurosis de la época. Es necesario tomarla en toda su complejidad, la que Lacan (1962-1963), en los términos de su enseñanza clásica, diferencia del "mecanismo histérico", que proviene de la estructura común del deseo:
"Se suele considerar a la histeria la neurosis más avanzada, al ser la más cercana a la consumación genital. Según esta concepción diacrónica, tenemos que ponerla en términos de la maduración infantil, pero también en su punto de partida, puesto que la clínica nos muestra que en la escala neurótica, debemos considerarla, por el contrario, como la más primaria, pues sobre ella se edifican las construcciones de la neurosis obsesiva. Por otra parte, las relaciones de la histeria con la psicosis, con la esquizofrenia, son evidentes, y han sido destacadas" (p.84).
La histeria como discurso retoma la distinción entre la histeria mecanismo y la histeria neurosis. Incluye la multiplicidad de esta perspectiva y de estos puntos de vista. Interroga tambien las fronteras y los recubrimientos de dominio, menos con la esquizofrenia, que perdió su poder descriptivo, que con la "psicosis ordinaria", en el sentido en que utilzamos este término. Sería preciso sumar los esfuerzos, para fijar la representación del sujeto contemporáneo en las nuevas enfermedades de la mentalidad, los síntomas pulsionales adictivos, y la epidemia del autismo, realizando el desanudamiento entre el puro cuerpo máquina y el significante-cifra, sin relación con el otro imaginario. Por esta pluralidad, es necesario sin duda renunciar a la definición de una única "gran neurosis narcisista".
Lacan consideraba que el recubrimiento de la estructura del sujeto y de los impasses en el Otro nos deja sólo una elección ética. Es preciso que elijamos "entre la locura y la debilidad". Si admitimos el desarrollo precedente, esto define perfectamente el estado de nuestra civilización. ¿Cuál es la mejor elección desde el punto de vista del sinthôma?
El atolondrado y lo imposible
Dios, por mucho tiempo fue la garantía del orden simbólico. Después, fue preciso extraer de Dios ese orden. Hizo falta la época de la mathesis universalis, que Descartes separase Dios y la razón, haciendo de Dios un lugar de infinito "incomprensible" y creador de verdades eternas.
El inconsciente freudiano, la razón después de Freud, hereda ese orden simbólico, pero doblemente agujereado. Es agujereado por la paradoja que Russell detectaba en toda escritura lógica posible. En los términos de su carta de 1902 a Frege: "Sea w el predicado: ser un predicado que no puede ser predicado de él mismo. ¿W puede ser predicado de él mismo? A cada respuesta, le sigue su contraria. Debemos sin embargo concluir que w no es un predicado. Del mismo modo, no hay clase (como totalidad), clases que, cada una tomada como una totalidad, no pertenecen a ellas mismas. De lo cual concluyo que en ciertas circunstancias, un conjunto (Menge) definido no forma una totalidad." (Russel, 1902, p. 126)
Vimos por un lado, el agujero que forman estos conjuntos, y que por eso no son totalidades. Ellos no se cierran. Por otro lado, hay el agujero propio del sujeto, inconsciente, lo que quiere decir más exactamente que hay ideas que se forman sin ninguna necesidad de conciencia: "lo que hay que decir es: no soy, allí donde soy juguete de mi pensamiento; pienso en lo que soy, allí donde no pienso pensar." (Lacan, 1957, p. 202)
El cielo del psicoanálisis está doblemente atolondrado. Descartes ya se burlaba de la regularidad del cielo -tan vanagloriada por otros, en la medida en que no lo consideraba verdaderamente tan regular. El cielo del Inconsciente, a su vez, está verdaderamente arruinado. Es sin duda por eso que Freud prefería leer el orden del inconsciente en las ruinas de ciudades como Roma y Pompeya. En este agujero, en este despedazamiento, se viene a alojar el objeto a, en este cielo bizarro, en el Zenit, tal como Miller (2005) subrayó en el decir de Lacan. Un "elemento que arruina toda idea de medida".
¿Será entonces que ese orden agujereado, provisto de su objeto intensamente perturbador (dérangent), merece aún el nombre de orden simbólico?
¿No podríamos contentarnos con una relación intensiva con un real sin ley? ¡No! En tanto que la muerte para Freud, no se afronta con lo real de frente. Para abordar lo real, es preciso pasar por el litoral de los imposibles. Es lo que sucede también con el sinthôme, abordado por los semblantes. El orden simbólico bizarro que conocemos y que la razón después de Freud aclara tuvo bellos días frente a él. Es un orden disperso con sus paradojas del Superyo que hacen que los guardianes de ese orden sean siempre pecadores. Slate informa que "empleados y tercerizados de Security and Exchange Commision (SEC), organismo federal americano de reglamentación y de control de los mercados financieros, visitan sites pornográficos en las computadoras de la SEC según una investigación de ese órgano obtenida por la CNN[5]." Y no cualquiera lo hacía: más de la mitad de estos empleados ganaban entre 99.000 y 223.000 dólares por año. "Es como mínimo inquietante que altos funcionarios de SEC pasaban más tiempo viendo pornografía que intentando impedir los acontecimientos que llevaron a esa economía a la vera de la derrota", declaró el diputado republicano Darrel Issa, que forma parte de la comisión de la Cámara de los Representantes relativa a la reforma de la función pública. Los republicanos, que se oponen a una regulación mayor de los mercados financieros, no demoraron en utilizar esta cuestión para desacreditar a la SEC. Todo es bueno para intentar evitar la reglamentación de las prácticas dudosas de los fondos de inversión, como el de John Paulson. Los crápulas denuncian a los soldados como dudosos. Esta es la última noticia bizarra que este texto toma en cuenta.
 
Traducción: Marita Salgado
  • Deleuze G. y Guatarri, F.: El antiedipo, Paidós, Buenos Aires, 2000.
  • Lacan, Jacques, (1957): "La instancia de la letra en el Inconciente" en Escritos I, Siglo XXI editores, México, 1979, p. 290.
  • Lacan, Jacques, (1965) : Le seminaire, livre XIIproblèmes cruciaux pour la psychanalyse, Paris, 9 de juin de 1996, inédito.
  • Lacan, Jacques: El Seminario, Libro 18, De un discurso que no fuera del semblante, Paidós, Bs. As., 2009
  • Miller, Jacques-Alain: "Uma fantasia" Opção Lacaniana, São Paulo: Eolia, n. 42, p. 7-18, fev. 2005.
  • Quarto, La tentation hystérique, Bruxelles, École de la Cause Freudienne, n. 97.
  • Russel, B. (1902): "Letter to Frege 16 June 1902". In: Heijenoort, J. (Ed.). From Frege to Gödel. Harvard: Harvard University Press, 1967, 124-128.
  • Wajcman, Gerard: L’oeil absolu. Paris: Denoël, 2010.
  1. Esta parte del texto, titulada "Just strip, don’t tease", fue divulgada, con algunas modificaciones, como Editorial del Journal du Congrès el día 6 de abril de 2010, luego de la Pascua de ese año.
  2. N.T., A lo largo Del texto se tradujo por "sinthoma" la palabra sinthôme que, en francés, mezcla la grafía convencional del término symptôme ("síntoma") con aquella que Lacan, en el Seminario 23, extrae de Rabelais: sinthome ("sinthoma"). Así, en una única palabra, pasamos a tener una amalgama de "síntoma" y "sinthoma", evidenciando un uso más extenso de lo que Lacan localizó como sinthôme ("sinthoma") en la particular obra de James Joyce.
  3. N.T.: Expresión con la que se designa El lobby de la industria farmacéutica.
  4. N.T: Se trata del curso titulado Vie de Lacan(Vida de Lacan), aún inédito
  5. N.T.: La información según el editorial de donde fue extraída esta parte del texto fue divulgada en el día 23 de abril de 2010. Ver el siguiente site: http://www.slate.com/
* Texto construido en base a algunos editoriales del Journal du Congrès, difundido por la lista electrónica AMP-UQBAR. El Journal, apuntaba a la preparación final del VII Congreso de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP) y circuló entre los días 6 al 23 de abril de 2010. Lo nombres de cada parte conservan los títulos dados por Eric Laurent a sus respectivos editoriales, pero el título general fue sugerido por el traductor del texto. Agradecemos a Eric Laurent la autorización para publicar este texto en este libro. Traducción del francés: Sergio Laia
** Analista miembro de la École de la Cause freudienne
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