miércoles, julio 04, 2007


July 01
Presentación en Esquel -Introducción al tema Adicciones
Toxicomanías y adicciones; abordaje institucional y psicoanalítico

A - Introducción:

Philipe Pinel (1745-1826) es el verdadero fundador de la clínica y de sus bases metodológicas. Elaboró una clasificación completa de los trastornos mentales : Es el primero que divide a la locura en cuatro grandes clases:1- MANIA: en la cual el delirio es general antecesora de lo que actualmente puede relacionarse con las psicosis paranoicas. 2- MELANCOLIA: el delirio es parcial predominando la tristeza profunda y falta de deseos de vivir.3- DEMENCIA: antecedente de la DEMENCIA PRECOZ de Kräepelin, lo que actualmente se conoce como Esquizofrenia.
4- IDIOCIA o IDIOTISMO: consiste en la obliteración de las funciones intelectuales. El sujeto queda reducido a una existencia vegetativa, con restos esporádicos de actividad. Es lo que en la actualidad recibe el nombre de oligofrenia o debilidad mental.

Pinel fue el primero que realizará un contacto personal con el enfermo y gestará lo que se conoce como tratamiento moral, a través del cual todos los esfuerzos terapéuticos van encaminados a que el enfermo mental recupere el control racional de su conducta; para tal fin propone retirarlo de su ambiente para curarlo y poder controlar sus condiciones de vida con una disciplina severa regulada por la ley médica, lo que se conoce como transferencia paterna en esta época.

Esto era posible porque para Pinel el cerebro no estaría dañado, la mente solamente está alterada en su funcionamiento, de donde surge la acción del posible tratamiento moral y la curabilidad potencial de la locura en una proporción que estimaba elevada, al menos para la manía y la melancolía no complicada. Se rompe así el tópico de la incurabilidad del loco, aunque los resultados obtenidos dejarán mucho que desear.


Las toxicomanías estaban incluidas entonces dentro de las Manías.

Uno de los continuadores de Pinel, y alumno preferido de éste, fue Esquirol (1772-1840) quien describió la manía tal como lo había hecho su maestro, pero en su intento por desterrar el término “melancolía” del lenguaje médico -y dejárselo a los poetas,- modifica las clasificaciones.

Y en lo que a nosotros nos interesa, subdivide las manías en las propiamente dichas por una parte y en las monomanías, bajo las que reagrupa todas las afecciones mentales que afectan en forma parcial a la mente, dejando intactas las demás facultades. Las monomanías le parecen esencialmente asimilables a una pasión patológica que actúa sobre la inteligencia fijando su atención.
Las toxicomanías, en la actualidad, remiten a aquellas monomanías de Esquirol.

Pero en 1985, la OMS, ha introducido el concepto “Dependencia” en las antiguas definiciones de toxicomanías y alcoholismo.

Que cambio estructural representa para nosotros esta modificación? Se tratará de una reedición de la disputa entre la medicina y la poesía?

Al hablar actualmente de “adicciones” notamos un cambio de paradigma, o más psicoanaliticamente un cambio de Discurso: Dependencia y adicción son sinónimos. Inclusive los conceptos relacionados cómo “uso, abuso, dependencia física, psíquica y tolerancia, remiten más al objeto (droga) del que se depende, que al sujeto afectado por algún tipo de pasión que los llevaría a consumirlas.

Podemos decir que el paradigma global de abordaje de estos pacientes en la actualidad se deslizó desde el Sujeto monomaníaco al del objeto droga que captura al sujeto.

Y por cierto, si la causa de la “adicción” queda del lado del objeto la terapéutica, el tratamiento recaerá fundamentalmente sobre éste. El objeto droga, es el que se estudia, se legaliza se prescribe o prohíbe, se inocula o se extirpará del sujeto que pasa a ser él mismo un objeto atrapado por el “estupefaciente”.
Agreguemos a la complejidad del tema que el correlato fisiológico del estudio del objeto droga fue y es cada vez más en la actualidad, la producción -sin límite interno y sin sujeto- de saber sobre los diferentes sistemas de neurotrasmisión y neurorecepción de los que el mismísimo Freud fue -cómo neurólogo- uno de los precursores.

Este hecho autoriza –cada vez más- a que a los tratamientos morales, herederos directos de los de Pinel, se le sumen los psicofarmacológicos . Drogas para curar drogadicción o inclusive para sustituir a las drogas de consumo (heroína-metadona) (nicotina-bupropión) (cocaina-clonazepam) Y si existe una pasión engendrada por estos abordajes va a estar tanto en la producción de nuevos saberes (con el mercado por detrás) cómo en la pasión llamada “indiferencia” .


B -Abordaje psicoanalítico y científico

La operación analítica, definida por el discurso del psicoanálisis= a /S2:$/S1 podría decirse que es estructuralmente el reverso de la propuesta conceptual y terapéutica de la OMS. El inverso desde ya no es el opuesto.

Es esta posibilidad la que lo vuelve totalmente compatible con ella, incluso la suplementa, como el suplemento de un diario…(en el sentido de la “suplencia” tal cómo se presenta la psicosis en los casos más afortunados). Suplementaria no es igual a complementaria: No hay complemento posible porque el sujeto para el psicoanálisis es imposible de completar, por definición es descompletado por el efecto del lenguaje sobre el cuerpo.

El suplemento del discurso de la ciencia sostenido por discurso psicoanalítico es posible porque sus estructuras son homeomórficas –topologicamente- hablando. Hipótesis que no desarrollaré aquí pero que puede decirse que el real sobre el que operan es diferente: Así cómo lo que estudia la biología como sexualidad es diferente a la abordada por el psicoanálisis, sin embargo el sujeto producto del discurso científico es justamente el sujeto el psicoanálisis.

En otras palabras: mientras la ciencia trabaja produciendo saberes que modifican al –parletre- (ser humano hablante) sin mediación simbólica, éste humano cuyo cuerpo viviente es la casa del lenguaje no deja de síntomatizar, cada vez con más sofisticación y en escala planetaria. Por ello es homologable el discurso de la histeria al de la ciencia. $/a : S1/S2 pero sin sujeto ni goce.

Una prueba de ello es lo que viene ocurriendo en relación al consumo de sustancias “psicoactivadoras”. Si bien el alcohol y las drogas nacieron con el hombre nunca en la historia se alcanzó el nivel actual de producción, acceso e imperativo global de consumirlas.

En la época de Freud se podía decir más abiertamente “donde hay pesares, también habrá licores” De penas y quitapenas se trataba.

Nuestra época no es tan caracterizable por la pena cómo sí por el pánico.
Ataque de Pánico al que Freud llamó Neurosis Actual o Neurosis de Angustia y en los niños Fobia. Y la anulación de estos afectos sería no tanto la seguridad o la tranquilidad sinó la de la INDIFERENCIA
Ahora el aforismo sería “donde hay sujetos indiferentes habrá sustancias psicoactivadoras para soportar esa pasión desubjetivante”

Lacán en sus Seminarios 4 y 21 da un giro a la definición freudiana de fobia y a grandes rasgos la homologa a una plataforma giratoria por la que el sujeto podrá dirigirse hacia la neurosis o la perversión cómo estructura dependiendo justamente de la elaboración que se haga.

El miedo, la fobia es –según Heidegger- un afecto impropio a diferencia de la angustia. La angustia es ante el deseo del Otro, ante la falta de significante en el Otro o a la presentificación de la falta del Otro que es el objeto causa de deseo. La angustia no es espacializable, es topológica.

El miedo ante la imagen del deseo del otro, ante los significantes del deseo del Otro, que trazan recorridos específicos, seguros, a prueba de miedo.

El pánico, el miedo, la cobardía moral, la indiferencia, son síntomas más acordes a nuestra época y pueden tomarse cómo síntomas sociales en respuesta al avance cada vez mayor e imparable del llamado discurso científico.

Una manera de percibir lo que el discurso de la ciencia elide puede desocultarse si uno se pregunta: Quién se hace responsable que de una semana a otra un descubrimiento científico, -una tecnología- un tipo de técnica se modifique a tal punto que podría considerarse peligroso lo que ayer fue óptimo? Bien, por estructura, “nadie”. No se podría pensar en responsabilidades porque no existe nadie verdaderamente a cargo del discurso científico. No se podría por ejemplo responsabilizar a “la química”, “la física”, etc de no haber hecho los descubrimientos necesarios para curar ciertas patologías.

Por ello las respuestas del $ frente a este real tienden a ser más masivas, sofisticadas, autoactualizables y precisas que no buscan quitar las penas sinó todo tipo de afecto.
Las drogas, o mejor el uso que los humanos hacemos de ellas, en la actualidad es una de estas respuestas subjetivas a la indiferenciación globalizante .

Y dejemos tambien sentado que frente a la era del pánico, hay todo un nuevo mercado en ascenso, ampliamente utilizado - tanto por los canallas cómo por los hombres de bien- que es la industria universal de la seguridad y su correlato el manejo de la información y los datos de todo tipo : Recordemos que actualmente con 150 dólares podemos tener acceso a mucha más información que toda la que existía disponible en el mundo durante la 2° guerra mundial.

Todo un círculo vicioso: Pánico-Drogas-Inseguridad-Ciencia-Drogas-indiferencia …más drogas, etc